Kyle Ostwald, una de las figuras más destacadas de Survivor 47, se abre en una entrevista posterior a su salida del espectáculo tras el episodio 11, donde su destino quedó sellado por una votación de 6-1-1 en la tribu Beka. Con este resultado, Kyle se convirtió en el cuarto miembro del jurado de la temporada, y sus reflexiones son todo un testimonio de su experiencia en el juego.
Al entrar al programa, Kyle sabía que su enfoque sería agresivo e inquebrantable. No estaba dispuesto a rendirse fácilmente, y aunque no logró llevarse el millón de dólares, se siente satisfecho por el impacto que su participación podría tener en su familia a largo plazo. Destaca la importancia de representar a su familia y mantener una postura firme, sin importar las dificultades.
A pesar de ser un competidor fuerte, Kyle nunca subestimó a sus rivales, especialmente a Genevieve, quien también se encontró en la cuerda floja durante su salida. Kyle pensó que su tiempo podía extenderse por un poco más, pero sabía que su vulnerabilidad lo ponía en la mira de los demás.
Incluso en momentos complicados, Kyle comprendía que su historia familiar podría ser una doble espada. No obstante, nunca abandonó su autenticidad y el deseo de competir, confiando en que su juego social había sido lo suficientemente fuerte.
Su relación con Gabe, quien fue eliminado previamente, fue también un punto de reflexión. Si bien pensó en formar una alianza más sólida, las dudas y la estrategia de Gabe lo llevaron a actuar en consecuencia y asegurarse de que su propia posición en el juego no estuviera en riesgo.
En cuanto a Sue, su relación fue compleja. Si bien Kyle se esforzó por ser amable y mantener una buena relación, se sorprendió al ver la narrativa en los confesionales en su contra. A pesar de la reacción, Kyle resalta que ha formado una comunidad positiva a su alrededor, lo que contrarresta la negatividad que experimentó en el programa.
Finalmente, aunque su viaje en Survivor llegó a su fin, él se siente agradecido por las experiencias vividas y la oportunidad de representar a su familia, dejando un legado que espera inspire a futuras generaciones.